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viernes, 21 de enero de 2011

Una buena lección de vida es uno de los mejores modales... ésta... te la regalo:

Cuando yo era niño, a mí mamá le gustaba hacer la comida del desayuno para la cena de vez en cuando.

Recuerdo una noche en particular, cuando ella había hecho la cena, después de un largo y duro día en el trabajo.

Esa noche hace mucho tiempo, mi mamá puso un plato de huevos, salchichas y bísquets muy quemados frente a mi padre.
Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba! Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un bisquet, sonrió a mi madre y me pregunto cómo me había ido en la escuela.

No recuerdo lo que le contesté, pero si recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al bisquet y comérselo todo.

Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los bisquets quemados, nunca voy a olvidar lo que dijo: "Cariño, me encantan los bisquets quemados."

Más tarde esa noche, fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los bisquets quemados. 

Él me abrazo y dijo: "Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo está muy cansada y además - un bisquet un poco quemado no le hace daño a nadie.”

La vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta. Yo no soy el mejor en casi nada, me olvido de los cumpleaños y aniversarios como todo el mundo. Pero lo que he aprendido con los años, es que aprender a aceptar los defectos de cada uno de nosotros - y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás - es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera... donde un bisquet quemado no va a romper un corazón.

Podríamos extender esto a cualquier tipo de relación. De hecho, la comprensión es la base de cualquier relación, ya sea esposo-esposa o padre-hijo o hermano-hermano, cualquier tipo de amistad!

"Así que por favor... me pasas un bisquet, y sí...., el quemado está bien"

martes, 18 de enero de 2011

Breviario de cómo servir la mesa

Los cubiertos en la mesa se colocan de manera que las personas tengan que tomarlos de afuera hacia dentro, es decir, los primeros que se utilizan de acuerdo al orden que se sirven los platos son los de afuera.
Para cualquier comida ordinaria, los cubiertos que deben ir del lado derecho del comensal (de derecha a izquierda, es decir, en dirección hacia el plato) son: la cuchara de sopa, el cuchillo para pescado, cuchillo para carne y para mantequilla.
Los cubiertos que van del lado izquierdo del comensal (de izquierda a derecha) son: tenedor de pescado y ensalda, seguido del tenedor de carne.
Directamente encima del plato en posición horizontal, o sea, transversal a los demás cubiertos que se encuentran a los lados del plato, se colocan la cucharita y tenedor del postre, o en caso de que piensen servirse frutas, el cuchillo de postre. Éstos suelen colocarse en direcciones opuestas.
Los vasos se colocan del lado derecho del comensal, al lado de los cubiertos del postre. A la izquierda, aproximadamente al mismo nivel del vaso, al otro lado de los cubiertos de postre, puede colocarse un platito para los panecillos.
En una cena algo formal o más concurrida suelen hacerse necesarias las tarjetitas en cada lugar de la mesa con el nombre de la persona a la cual corresponde cada puesto. De este modo, los invitados podrán localizar fácilmente su posiciòn asignada en la mesa y no se sentirán desorientados. Esto permite otra ventaja, que consiste en que la anfitriona podrá colocar a las personas según su criterio seleccionando puestos contiguos para aquellos que ella considere mas compatibles. Esto, en el caso de personas que no se conocen, resulta muy útil pues puede ser el factor determinante en que se desarrolle un ambiente animado y cordial entre sus comensales y que la conversación sea interesante y fluida.
En el caso de una cena formal, o que se acostumbre servir vino con las comidas debe sustituir el vaso que dijimos anteriormente por las copas correspondientes. por lo general, se coloca una copa grande tradicional para agua, otra para el vino y una tercera para el champagne.
Las copas de los licores se traerán a la mesa junto con el licor. Aunque esto no es correcto si alguno de los invitados rechaza algùn plato por razones de salud, éste debe de serle retirado junto con los cubiertos corrrespondientes.

domingo, 16 de enero de 2011

Del acto de acostarnos, y de nuestros deberes durante la noche

No si bien entrar al recuerdo, o re-cuerdo de Carreño en algunos interesantes asuntos y los deberes para con eso momentos; cabe también subrayar que la llamada "modernidad", el "desarrollo",  la cultura, la civilización (?) no indican que lo que se re-escribe ahora no pueda ser aplicable y utilizable, de alguna manera adaptado, en nuestra vida diaria, ojalá así fuese, estoy cierto, sin ser ni lejanamente purista u ortodoxo, que la realidad cotidiana sería diferente:

1 — Antes de entregarnos al sueño, veamos si podemos hacerlo sin que nos echen de menos los que en una enfermedad, o en un conflicto cualquiera, tienen derecho a nuestra existencia, a nuestros cuidados y nuestros servicios.
2 — Cuando nuestra familia o nuestros amigos más inmediatos estén sufriendo, nada es más incivil e indigno que el que nosotros durmamos: y sólo un grave motivo podrá excusarnos del deber que tenemos de permanecer entonces a su lado.
3 — Estos cuidados se hacen extensivos a nuestros vecinos; y son más o menos obligatorios, según el grado de conflicto en que se hallan, y según que su comportamiento para con nosotros les haya dado más o menos títulos a nuestra consideración y a nuestro aprecio.
4 — Mas cuando seamos nosotros los que nos encontremos en conflicto, y en la necesidad del auxilio de nuestros parientes y amigos, no aceptemos el de aquellos que nos lo ofrezcan a costa de su salud, con trastorno de sus intereses, sino en el caso de sernos absolutamente imprescindible.
5—Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de las personas de nuestra familia de quienes nos separamos en este acto; y en ningún caso dejarán de hacerlo los hijos de sus padres, los esposos entre sí, y los que duermen en un mismo aposento al acto de entregarse al sueño.
6 — Si habitamos con otras personas en una misma pieza, tendremos gran cuidado de no molestarlas en nada al acostarnos. Así, cuando hay la costumbre de dormir a oscuras, y ya otra ha tomado su cama, no conservaremos luz en la pieza por más tiempo del que sea absolutamente necesario para disponernos a tomar la nuestra.
7 — Si al entrar en el aposento encontramos que ya alguno de nuestros compañeros está dormido, cuidaremos de no hacer ningún ruido que pueda despertarle o turbar su sueño. Ejecutaremos entonces todos nuestros movimientos en silencio, y si necesitamos alguna cosa que no podamos proporcionarnos nosotros mismos, saldremos a pedirla afuera y con voz baja.
8 — Cuando tengamos un compañero cuya edad o cualesquiera otras circunstancias le den derecho a nuestra especial consideración y respeto, aguardemos siempre a que haya tomado su cama para tomar nosotros la nuestra; excepto el caso en que una enfermedad u otro accidente nos obligue a predecerle, o en que aquél haya de recogerse más tarde que de ordinario. Y si fuere un anciano o valetudinario, que necesite de auxilio en este acto, no sólo deberemos prestárselo gustosamente, sino que no esperaremos a que nos lo demande.
9 — No es delicado que, sin una necesidad imprescindible, durmamos en una misma pieza con personas de etiqueta o de poca confianza.
10 — Al despojarnos de nuestros vestidos del día para entrar en la cama, hagámoslo con honesto recato, y de manera que en ningún momento aparezcamos descubiertos ante los demás.
11 — La moral, la decencia y la salud misma nos prescriben dormir con algún vestido. Horrible es el espectáculo que presenta una persona que, por haber perdido en algún movimiento su cobertor, o por cualquier otro accidente ocurrido en medio de la noche, aparece enteramente descubierta.

sábado, 15 de enero de 2011

Del Uso de la Escalera

En el "Uso de la escalera", el Manual de Carreño indica que:

Las personas que bajan, por lo general, son las que deben ceder el pasamanos a las que suben... mmmhhh, no estoy tan de acuerdo, a menos que la persona que vaya subiendo sea una persona mayor que requiera de apoyo para subir, en los demás casos estoy cierto de que es más útil el uso del pasamano para quien baja so pena de no tener apoyo en caso de un traspie.

Y, siguiendo con el "Uso de la Escalera":
El caballero que acompaña a una dama en una escalera demasiado angosta para ir a su lado,  debe de ir delante de ella para subir, para no dar la impresión de que va mirándole las piernas, y también al bajar para tenderle la mano en caso de que ella diera un paso en falso.

viernes, 14 de enero de 2011

Acompañando a un espectáculo...

"Cuando un caballero acompaña a señoras a un espectáculo, debe cuidar de colocarlas en los mejores asientos por el orden de sus edades y demás circunstancias personales, situándose él después en el lugar de menos comodidad y preferencia."


NOTA para el lector:
Si tienes alguna duda, sugerencia ó receta de cocina que ayude a quitarnos lo baturro y recordar los modales que debemos tener en toda ocasión, solo pregunta y seguramente no tendremos la mejor respuesta, pero lo que leerás será interesante....


Joe Corral

Al inicio, viene el principio.

Si hay un libro que es conocido universalmente, dentro del mundo de las buenas maneras y el saber estar, ese es el "Manual de buenas costumbres y modales" de Carreño. En nuestros países se consiera todo un referente sobre todo por parte de nuestras madres y tías, las que aún viven.
Manuel Antonio Carreño Muñoz, nació en Caracas, en el año 1812, y falleció en París, el 4 de septiembre de 1874. Su legado incluye, no solo el manual de buenas maneras, sino otras obras de enseñanza de la música pedagogía musical. Carreño ejerció diversas profesiones, entre ellas, la de ministro y diplomático (obvio) que dieron peso específico al contenido de u ilustre manual.
En este blog, lejos de querer hacerte regresar a los viejos tiempos en donde los modales eran condición sin ecuanón para ser aceptado en el nivel social adecuado, solo intenta recuperar las bases y objetivos del correcto desenvolvimiento de las personas en una sana convivencia, en la época actual y en las condiciones en qué vivimos. 
En otras palabras, es como una guía mínima de buenos modales para ser utilizada en la sociedad actual, con lo que seguramente serán recordados por sus buenas costumbres y actitudes, aunque solo sean aplicación por memoria para ganarse a la niña en cuestión y a sus papás de paso.
Para ellos y también utilizado (y ojalá que exigido) por ellas.